Viruela del mono
Es una infección causada por un virus de la familia Poxviridae y género orthopoxvirus dentro el cual también se encuentra el virus de la viruela en el humano y el virus de la viruela bovina.
En el caso del virus de la viruela del mono existen dos clases diferentes, la I y la II. Los síntomas comunes son erupciones cutáneas o lesiones mucosas que pueden durar 2 a 4 semanas, acompañadas de fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, falta de energía e inflamación de los ganglios linfáticos.
La forma de transmisión del virus es por contacto directo con una persona infectada, materiales contaminados o por animales infectados al cazarlos, despellejarlos o cocinarlos. El virus puede transmitirse al feto en mujeres embarazadas.
El diagnóstico se realiza con el examen clínico, mediante observación de los síntomas presentes en el paciente y se confirma en laboratorio al realizar PCR de una muestra, la cual puede ser una lesión cutánea, frotis orofaríngeo, anal o rectal en caso de ausencia de lesiones en piel.
El tratamiento consiste en cuidar las erupciones en piel, tratar el dolor, la vacuna aplicada 4 días después del contacto con un contagiado puede ayudar a prevenir la infección.
Se recomienda la vacunación a personas de alto riesgo como personal de salud con riesgo a exposición.
La mayoría de los casos se recuperan entre 2 a 4 semanas, el paciente debe permanecer en casa, de ser posible aislado del resto de integrantes del hogar, lavarse las manos a menudo con agua y jabón o desinfectante, especialmente luego de tocarse las lesiones. llevar mascarilla y cubrir las lesiones en presencia de otras personas hasta que se cure la erupción. Mantener la piel seca y descubierta si se encuentra solo, evitar tocar objetos en espacios compartidos y desinfectar con frecuencia, enjuagarse con agua salada si tiene lesiones en la boca, tomar baños con agua templada con bicarbonato de sodio o sal de Epsom para las lesiones corporales, control del dolor con medicamento como paracetamol o ibuprofeno.
Por nada debe reventar las ampollas ni rascarse las lesiones, eso solo ralentizará la curación, extenderá la erupción a otras zonas del cuerpo e infectará las lesiones, no debe afeitarse las zonas de lesión hasta que se haya caído la costra y regenerado la piel.